Rosado como un sueño, dulce, tierno y de paz. Etéreo y alegre, irreal dentro de un cotidiano de concreto que se cree adulto y serio entre grises blancos. El rosado como fuerza de voluntad, como la búsqueda de recuperar la inocencia que en lo profundo siempre está. El rosa como señal de alerta, un llamado al amor, a la imaginación a ver la vida de ese color. Se presenta el rosa como una expansión de una idea, de una necesidad que hoy tenemos para volver a conectarnos con un yo profundo.